miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los porqués de otro año negro en la violencia de pareja

Los porqués de otro año negro en la violencia de pareja, 6 años después de una ley anticonstitucional inspirada en la máxima maquiavélica de que “el fin justifica los medios”, no son, en realidad, tan inexplicables. Y no, no voy a decir que la Ley Integral de 2004 es la culpable, aunque no esté de acuerdo con algunos de sus planteamientos y a pesar de su ostentoso fracaso. Tampoco opino, como algún sector de la Iglesia, que el progresivo abandono del modelo de familia tradicional tiene relación con el aumento de la violencia en la pareja. Sin embargo, tampoco respaldo a quienes contraatacan diciendo que es, en realidad, la Iglesia y su sentencia “hasta que la muerte nos separe” uno de los factores que intervienen en el fenómeno. De ninguna manera apoyo, por otro lado, la paupérrima excusa de que el debate sobre las denuncias falsas ha ejercido de freno en la voluntad de denunciar de las víctimas. Para argumentar esto y mi convencimiento de que tampoco el machismo es el problema, he escrito un libro, pero quisiera compartir desde aquí un resumen de mi opinión al respecto en un momento en que todo son elucubraciones deshilachadas y redundantes que poco aportan. Y lo hago desde la humilde y desafortunada autoridad que me da el haber sido víctima de la locura de un maltratador y desde el deseo de conocer un futuro en que ninguna persona, ni mujer, ni hombre, ni niño, ni anciano, sean agredidos por quienes se supone, deberían amarles.

Voy a partir del dato que muchos mencionan y nadie interpreta de la estadística del Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia, que demuestra que los índices de feminicidios en España son menores que en el norte de Europa, en países que llevan muchos más años que el nuestro aplicando ambiciosas políticas de igualdad. Hay quien enarbola esta estadística para acallar las voces que claman escandalizadas por el incesante goteo asesinadas en España, como si nuestra inferior posición en la tabla indicara que algo estamos haciendo bien respecto a esos países. Sin embargo, en la medida en que les imitamos, parecemos aproximarnos a sus estadísticas y temo que sólo sea cuestión de tiempo alcanzarles si no hacemos algo distinto. De hecho, es bien sabido que no pueden obtenerse resultados distintos haciendo lo mismo de siempre. Por tanto, deberíamos aprovechar su experiencia para dar paso a propuestas diferentes, paralelas y compatibles, atendiendo a que tampoco las medidas por la igualdad, siendo justas y necesarias, serán el anclaje que nos amarre a un futuro sin violencia.

Con mi historia a cuestas y todo de lo que ella he aprendido e investigado, puedo aportarles una propuesta en esa línea. Pero antes, resolveré la pregunta que angustia a los investigadores que tratan de desentramar este problema averiguando por qué las maltratadas vuelven con su agresor, se resisten a dejarle, no lo denuncian o sencillamente le aman. Porque sí, como bien sospechan, esa es una de las claves. Pues resulta que el agresor es bueno y malo al mismo tiempo. Tal cual. No es un grandísimo actor que finge ser bueno en pro de sus sádicos planes de sometimiento de la mujer, no. Es que es realmente bueno y malo, alternativamente, en estados psicológicos que se suceden con una frecuencia determinada en cada individuo: el estado normal y el estado de crisis. La maltratada se enamora, entonces, del hombre bueno que es este agresor en estado normal, pues resulta que en ese estado son personas absolutamente normales, respetuosas y particularmente sensibles. Sin embargo, en estado de crisis, se apodera de ellos la potente paranoia de estar siendo despreciados por todos, de que todo el mundo es malo, de que su pareja planea traicionarle y de que él tiene que castigarla por ser mala. Así pues, en crisis, su comportamiento se ajusta a una máxima universal inapelable: lo malo debe ser castigado. El problema es que su paranoia, su criterio patológico le hace ver maldades en cualquier cosa y siente una ansiedad insoportable si no ve saciado su impulso neurótico por castigarlo. Nos enfrentamos pues a una anomalía psíquica vinculada a los celos patológicos que, además, afecta por igual a hombres y mujeres. La consciencia de problema propio, por otro lado, no revierte los síntomas. De hecho, mi ex pareja era muy consciente de su problema y a pesar de ello, no podía controlarlo. Por tanto, de nada sirven los protocolos enfocados a que reconozcan racional y conscientemente lo inadecuado de su conducta.

Esta es la base de mi propuesta, pero antes de criticarla piensen por un momento en si fuera verdad. Si esto fuera cierto y llega a demostrarse, como firmemente creo que ocurrirá, el único problema a resolver, a parte de encontrar una terapia eficaz, sería el tratamiento penal que recibiría este tipo de trastorno. En mi propuesta resuelvo esta cuestión, contemplando que se trate como un nuevo trastorno de la personalidad compatible con el internamiento penal ordinario. Primero, por su peligrosidad inherente y por la seguridad de las víctimas; segundo, porque este trastorno permite comprender la gravedad del delito y asumir el castigo que le corresponde, hasta el punto de parecerles leve la pena de cárcel; tercero, precisamente, porque debe impedírsele el suicidio con el fin de seguir investigando en ellos terapias más eficaces que sirvan para detener el empeoramiento y reducir la peligrosidad de afectados en libertad; y por último, para investigar las claves que originan estas personalidades maltratadoras y trabajar en su prevención.

¿Siguen escandalizados por mi propuesta? Quizá por ser, precisamente, una ex maltratada, no temo hacerla y no tengo ningún prestigio que perder si me equivoco. Pero piensen, de nuevo, en la estadística del Centro Reina Sofía sobre el ranking de feminicidios en el mundo. Desde mi enfoque podemos dar una interpretación bastante razonable al hecho de que en Europa se mate a más mujeres en países altamente igualitarios y menos en países tradicionalmente machistas. Lo explico con un ejemplo: Si asimilamos los celos patológicos a una dictadura, ¿quién muere antes en esta dictadura, los rebeldes o los sumisos? Lógicamente, muere antes quien se rebela, quien desafía a la dictadura. Pues lo mismo ocurre con este trastorno. En los países del norte se estimula la libertad y la rebeldía sin combatir la dictadura de los celos, que se ve provocada y estalla, tanto contra las mujeres, como contra los hombres. No es casual que en Holanda recientemente se haya pasado de tener 4 a abrir 40 casas de acogida para hombres maltratados.

Olvídense de prejuicios, de esquemas preconcebidos, de ideologías, de posturismos y reflexionen, por el bien de todas las víctimas presentes y futuras: Con los medios actuales no se está consiguiendo nada, ni en España, ni en el resto del mundo. Sin embargo, los síntomas son sospechosamente similares en todas partes sin que se logre dibujar un perfil predeterminado ni de víctimas ni de agresores, igual que ocurre con otros trastornos y enfermedades. ¿Les asusta que esta sugerencia sirva para disculpar al maltratador? Pues si sirve para salvar vidas y permite que los agresores asuman una pena igual a la de un individuo sano, a mí no me asusta en absoluto. Y no, no paso la patata caliente a manos de los psicólogos y psiquiatras, la paso a manos de toda la sociedad que debe, de una vez por todas, abandonar la palabrería vacía y volcarse en evitar los factores educativos concretos que confluyen en el desarrollo de una personalidad maltratadora. Siendo un enfoque compatible con los protocolos actuales, ¿qué perdemos investigándolo?

Araceli Santalla, presidenta de la Asociación VISC (www.visc.es) y autora de “El machismo no es el problema”, Alborán Editores, 2010 (www.tiendadelpsicologo.com)

martes, 2 de noviembre de 2010

Crónica del IV Congreso sobre violencia de género con la intervención de Araceli Santalla.

El pasado 27 de Octubre, Araceli Santalla, en representación de la Asociación VISC, impartió una ponencia en el IV Congreso sobre Violencia de Género de Villajoyosa. Sus sensaciones resultaron muy positivas, pues le comunicaron y fue consciente de haber aportado un punto de vista totalmente distinto al tradicional que rompió esquemas y como le aseguraron “les ayudó a comprender mejor a la maltratada y al maltratador”. Otros testimonios le informaron que fue la única charla en que aprendieron algo nuevo, ya que otros aportaron datos repetidos y enfoques idénticos a años anteriores. Araceli observó que hay muchas ganas y buenas intenciones en estos Congresos, aunque lamenta que todo ese empeño y energía se pierda en fórmulas que año tras año se demuestran ineficaces. Esto se advierte, además, en la frustración que abogados, jueces o policías manifiestan en cuanto a las medidas de protección oficial, ya que al final, todo se queda en manos de una maltratada que acaba perdonando a su agresor. Esta es una de las realidades que más preocupan y más desconcierto causan, pero gracias al testimonio de Araceli, basado en su propia experiencia como maltratada, pudieron entender mejor los porqués de esta conducta y adquirir una sensibilidad distinta para enfrentarlos y sin duda, atenderlos mejor.

Para ello también puso al alcance de los asistentes los folletos de VISC: El manual de autoprotección y el folleto de orientación para celosos agresivos. El manual de autoprotección para víctimas de violencia en su relación de pareja, ha resultado ser una herramienta muy iluminadora para hacer conscientes a víctimas de ambos sexos del trastorno de su pareja y de cómo enfrentarlo con seguridad. Nos lo dicen los propios afectados. De hecho, los ejemplares que 2 ertzaintzas se llevaron al País Vasco, ya han dado su fruto y hemos recibido la llamada de un hombre que se reconoció como víctima de la violencia celosa de su mujer. Así pudimos orientarle acerca del problema y esta víctima encontró respuestas que andaba años buscando, recuperó la confianza en sí mismo y se reconfortó con el descubrimiento de que no está solo, de que sí existe una Asociación que contempla su realidad y le ofrece una ayuda desinteresada. Estos son los frutos que más nos satisfacen de nuestro trabajo: el poder ofrecer una salida, un poquito de luz a personas que andaban totalmente perdidas en este fenómeno tan complejo y de tantos vértices.

Prueba del interés que despertó su intervención es que la ponente que le seguía, la psicóloga Isabel Iborra, representando al Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, hizo repetidas referencias a las reflexiones de Araceli, corroborándolas con otras palabras. En el descanso, la saludó con cariño y quiso intercambiar direcciones para mantener el contacto y quizá, realizar actividades comunes con su instituto.

Varias personas la buscaron, además, en los momentos de descanso, para intercambiar impresiones que siempre partían de una felicitación. Una mujer que se disponía a iniciar talleres para maltratadas quiso estrechar vínculos con VISC para futuras colaboraciones. Un periodista sensibilizado con la realidad del hombre maltratado, se mostró plenamente identificado con las ideas de Araceli y se lo comunicó con emoción. La concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Villajoyosa también se presentó y la felicitó efusivamente. Una víctima que presentaba visibles secuelas de su tormentosa relación pasada, también se mostró muy identificada con la experiencia y conclusiones que de ella extrajo y expuso Araceli.

Todas las preguntas que se hicieron al término de las intervenciones de los 3 ponentes que compartieron la Mesa Redonda, se dirigieron a Araceli e insistieron en lo novedoso e interesante de su punto de vista.

Por otro lado, retomamos el contacto con una Casa de Acogida de mujeres maltratadas que se mostraron definitivamente interesadas en que Araceli les hiciera una visita y charlara con las chicas acogidas, pues han comprendido que su enfoque las ayudará para distanciarse consciente y consecuentemente de sus agresores, sirviéndoles, además, para reconstruir su autoestima, sabiendo que el problema está al 100% en la cabeza de su agresor y que ni el amor más grande puede curarlo. Pero que sabiendo cómo funciona, podrán detectar y mantenerse siempre al margen de relaciones similares, manteniendo sana su esperanza de encontrar un hombre que las ame correctamente.

En definitiva fue una experiencia enriquecedora que nos sigue animando a compartir y defender estas ideas en cualquier ámbito. Pues si bien no es el planteamiento políticamente correcto, al expresarlo con argumentos, gráficos, lógica y razones contrastadas, además de con la pasión de alguien que lo ha sufrido en su piel, el oyente, fuera de la influencia mediática o ideológica, no puede más que encajarlo y relativizar sus propios esquemas. Y es que de nada sirve atrincherarse en una ideología que parcializa este fenómeno por sexos cuando la realidad nos demuestra, cada día, que hombres y mujeres podemos ser tanto víctimas como agresores y que, en realidad, deberíamos estar todos en el mismo bando, el de las personas que quieren acabar con este problema desde su raíz. Así, con la suma de todos los esfuerzos, experiencias e ideas, seguro que podemos cambiar el trágico rumbo de esta lacra y quién sabe, quizá ser un referente para otros países.

miércoles, 14 de julio de 2010

Araceli Santalla desmonta la peligrosidad del machismo en su última charla.

NOTA DE PRENSA 3 - Asociación VISC

Araceli Santalla, presidenta de la Asociación “Vive Sin Celos”, ofreció el pasado viernes, 9 de Julio una charla en Valencia, España, en la que volvió a desmontar la teoría del machismo como germen de la violencia de pareja.

Esta ex maltratada no se conformó con escapar de su agresor hace 10 años e iniciar una nueva vida lejos de los malos tratos. Ella le declaró la guerra a este fenómeno y decidió investigarlo de manera autodidacta para combatirlo desde sus cimientos. Mientras el mundo se dedica a luchar contra la violencia de pareja con políticas de igualdad, ella asegura que esta medida es ineficaz e insuficiente. En línea con el título de su libro “El machismo no es el problema”, Santalla minimiza el protagonismo del machismo en esta lacra y lo hace con diferentes y sólidos argumentos:

Por una parte, la violencia que un hombre ejerce contra su pareja-mujer pero no contra mujeres que no son su compañera, indica que su enemigo no lo halla en el sexo femenino, sino tras el rol afectivo que ésta mujer representa para él. Además, que esta conducta, generalmente afectada por unos celos extremos, la adopten mujeres contra su pareja-varón, pero también homosexuales de ambos sexos, nos obliga a descartar el machismo como motivador último de la misma.

Por otro lado, continúa, el incremento de jóvenes maltratadores cuestiona años de educación para la igualdad. Si el machismo lo explicara todo, se supone que en la época en que más esfuerzos se hacen para retirar de las nuevas generaciones los patrones machistas, debería observarse una paulatina desaparición de estas conductas en los jóvenes de hoy en día. Sin embargo, en 2008, la mayoría de agresores y víctimas tenía entre 18 y 30 años.

La reciente publicación de una estadística del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia sobre el índice de feminicidios en 40 países, también respalda esta teoría. Si bien, ante una explicación “pro-machista” del fenómeno cabría esperar que en países de tradición más liberal hubiera un índice menor de asesinatos de mujeres que en países de costumbres más patriarcales, la realidad es diferente: países del norte de Europa, como Finlandia, que lleva aplicando desde 1987 una de las políticas de igualdad más ambiciosas de la Unión Europea, presenta un índice de feminicidios que casi duplica al de España, país que junto con Italia se encuentra entre los últimos de esta trágica lista, muy por debajo de Alemania, Bélgica, Austria o Dinamarca. Santalla nos ofrece la siguiente lectura: “El machismo es el contexto social donde el celoso se encuentra cómodo, donde sus celos se mantienen a raya, pues la mujer que se somete a los parámetros machistas evita detonantes que agravarían las crisis del celoso. Si eliminamos este contexto sin eliminar los celos patológicos que el agresor padece, sólo conseguiremos provocarle. Y pasará como en las dictaduras, donde mueren antes los rebeldes que los sumisos. El celoso no deja de ser celoso tras eliminar el machismo, pero sí encuentra más justificadas sus paranoias y cede más fácilmente al impulso de castigarlas. Ninguno de los afectados, hombre o mujer, maltrata por odio al sexo contrario. Lo hacen porque confunden el origen de su malestar, creyendo que es externo (su pareja) cuando, en realidad, es interno (su trastorno afectivo)” concluye la investigadora.

Dejamos, pues, a la reflexión del lector las implicaciones que podrían derivarse de este novedoso planteamiento con el que la Asociación VISC reclama terapias eficaces y accesibles para todos los celosos y celosas agresivos.

martes, 29 de junio de 2010

Víctimas y agresores de ambos sexos atendidos por una misma entidad: VISC

NOTA DE PRENSA 2 - Asociación VISC

Víctimas y agresores de ambos sexos atendidos por una misma entidad: VISC


Su principal fin es combatir la violencia de pareja por celos patológicos sin distinción de género. Por tanto, atienden a cualquier afectado celoso, hombre o mujer, que admita maltratar por celos y desee iniciar una mejora. Pero también orienta a hombres y mujeres que conviven con estos agresores y cuya principal necesidad, como indica su presidenta, Araceli Santalla, es saber si su pareja tiene solución. “Nosotros asumimos la labor, no sólo de bajarles al suelo y convencerles de que se enfrentan, no a una persona más o menos buena, sino a un enemigo mucho más poderoso: el trastorno responsable de sus celos patológicos agresivos. Un trastorno que actúa en la mente de sus afectados, con independencia de su bondad, maldad, consciencia, amor o fuerza de voluntad. Pero además, una vez logramos que comprendan este punto, las asesoramos en su camino de desapego emocional del agresor y las ayudamos a concebir una vida sin él, siempre desde un enfoque constructivo, reparador y muy respetuoso con su autoestima”, informa Santalla, que añade que las víctimas que han atendido se han sentido muy comprendidas y motivadas para iniciar el distanciamiento.


Pero también, en algunos casos, orientan al agresor. Araceli nos comenta un caso real: “Sergio acudió a VISC hace 2 meses pidiendo ayuda: Es consciente de tener un problema grave de celos que le vuelve agresivo con sus parejas y quiere hacer lo necesario para quitárselo de la cabeza o, al menos, mantenerlo controlado. En la primera entrevista, medimos la intensidad con que padece los síntomas e indagamos en su historia para detectar los sucesos más relacionados con su conducta. Con ello realizamos un pequeño diagnóstico que le sirve para conocer mejor el trastorno. Y por último, le pusimos como “deberes de casa” la elaboración de un gráfico de frecuencia de crisis. Un ejercicio que le permitirá saber si sus crisis tienen una frecuencia determinada y si los detonantes que intervienen en el despertar de la crisis son externos o internos. En definitiva, nuestra experiencia nos indica que estos ejercicios incrementan la consciencia de problema propio del agresor, reducen su tensión interior y rebajan su peligrosidad, ya que entiende que no es su pareja la responsable de su malestar, mostrándose más capaz de aceptar sin conflicto su distanciamiento”. Esta información sirve, además, para enriquecer la investigación de terapias específicas.


VISC practica este protocolo de atención a agresores y lo complementa con los folletos de orientación publicados en su web. Sin embargo, la mayor demanda de atención viene por parte de víctimas de todo el mundo, tanto por teléfono, como por mail o en persona. Para ellas, a parte de la orientación personalizada que dedican gratuitamente a cada una, VISC ha elaborado el “Manual de autoprotección para víctimas de violencia en su relación de pareja”, (que pueden descargar en www.visc.es) herramienta con la que saben, están contribuyendo a la seguridad de muchas personas sumidas en esta desconcertante y terrible realidad.

sábado, 26 de junio de 2010

NOTA DE PRENSA 1 - Asociación VISC

Os adjuntamos esta Nota de Prensa que, esperamos, sea la primera de muchas otras, para que se sepa de nosotros, principalmente, por aquellas personas que, desde cualquier parte del mundo, buscan una orientación que quizá, les aparte de una muerte segura, les recuerde que no están solos y les informe de que trabajamos por un desenlace seguro y moderadamente feliz para cada historia de amor.

VISC, primera asociación contra la violencia de pareja por celos patológicos sin distinción de género.

Hace tan solo año y medio que nació la Asociación Vive Sin Celos (VISC) en Valencia, España. Una organización no gubernamental sin ánimo de lucro creada para combatir la violencia de pareja (como prefieren llamarla, en lugar de violencia de género) desde una nueva perspectiva: los celos patológicos agresivos. Un trastorno para el que, como reconocen especialistas de la talla de Enrique Echeburúa en su libro “Celos patológicos, una emoción destructiva” no existe una investigación controlada dirigida a su tratamiento. Pero como alerta su fundadora y presidenta, Araceli Santalla, tampoco hay especialista que garantice una cura total, ni siquiera una mejora significativa en la mayoría de casos patológicos agresivos. “Y por eso, entre otras cosas, era necesaria una Asociación”, insiste. Porque no sólo están abandonados a su suerte los afectados por este trastorno, sino también sus parejas, que asisten desconcertadas a los vaivenes de una personalidad tan sensible y atractiva por una parte, como destructiva y violenta por otra.

El hecho de enfrentarse a uno de los posibles orígenes de la personalidad maltratadora y atender a muchos de sus afectados, no intimida a la fundadora de VISC, una ex mujer maltratada que escapó a salvo de su agresor gracias a la información que obtuvo del trabajo de campo que realizó en convivencia con él. “Conocer el problema – admite – es la primera herramienta para sobrevivir a él”. Su ex pareja estuvo con varias mujeres antes de conocerla a ella y a todas las maltrató psíquica y físicamente. Ella aprendió, al menos, a evitar las agresiones físicas. Sin embargo, los delirios celotípicos y el maltrato psicológico no cedían. Esto, no obstante, no menguó su lado atractivo y carismático, tampoco para ella, que valoró, además, la consciencia de problema propio de que disfrutaba este hombre y su voluntad titánica y vana por cambiar. “¿Por qué siendo consciente de su problema, deseando cambiar y asistiendo a un psicólogo y a un psiquiatra, este hombre no consigue mejorar?”, se preguntaba. Nadie le dio una respuesta, así que decidió buscarla por sí misma ejerciendo de investigadora autodidacta en la misma boca del lobo. Una decisión muy comprometida que, advierte, no recomienda a nadie.

“Fueron 10 meses entre el cielo y el infierno. Los 10 meses más brutales y aleccionadores de mi vida – reconoce -. Mi ingenuidad fue creer que con mi amor y mi paciencia podría cambiarle”, admite recordando una de las enseñanzas que transmite a las personas maltratadas que acuden a VISC buscando respuestas para enfrentar situaciones parecidas: “El amor no puede cambiarles y las crisis siempre vuelven”. “La gente – continúa Santalla - está muy desorientada a la hora de tratar con un celoso patológico agresivo”. Por eso en VISC han redactado un “Manual de orientación para víctimas de violencia en su relación de pareja” que ofrecen en papel y en PDF a través de su web www.visc.es . En esta página el internauta puede acceder, además, al libro que recoge la investigación, conclusiones y propuestas que Araceli Santalla hace, fruto de su experiencia personal y trato durante 10 años con otros afectados, para el fin de la violencia de pareja. Un libro cuyo título no deja a nadie indiferente: “El machismo no es el problema”, prologado por el escritor y premio Nadal Lorenzo Silva y sobre el que su autora ofrece charlas en diversos ámbitos, desde Ayuntamientos y Asociaciones hasta Congresos Nacionales e Internacionales, haciendo hincapié en su contundente potencial para reforzar la lucha contra esta lacra. De hecho, su proyecto abarca 3 dimensiones: investigadora, social-asistencial y formativa, ofreciendo, por otro lado, una ventaja triple: detección precoz, prevención y rehabilitación.

Pero otra de las peculiaridades de esta Asociación es que no vincula el papel del agresor a los hombres y el de víctimas a las mujeres. Cualquiera puede ser víctima y agresor por celos. De hecho, VISC recibe consultas de mujeres que reconocen maltratar por celos a sus maridos y de hombres que admiten encontrarse totalmente hundidos por los castigos celosos de sus mujeres. Sin embargo, sigue siendo más habitual la llamada de mujeres maltratadas. “Y para todos ellos hay recomendaciones que les permiten tomar las decisiones más compatibles con su felicidad y su seguridad”, informa su presidenta.

En definitiva, nos encontramos ante la primera Asociación en el mundo creada por una ex maltratada y dedicada, mediante voluntarios respaldados por psicólogos, a minimizar los destructivos efectos que los celos patológicos tienen en las relaciones de pareja, contribuyendo, quizá, a que las muertes que lamentamos cada año por este terrible fenómeno, sean algunas menos.

jueves, 10 de junio de 2010

NOVEDADES JUNIO - JULIO

El pasado martes 8 de Junio, Araceli Santalla fue entrevistada en Radio ARA, de Alboraya, durante 1 hora en donde los periodistas y oyentes pudieron conocer de la existencia de esta Asociación y los proyectos que ofrece para el fin de la violencia de pareja por celos patológicos sin distinción de género. En breve adjuntaremos link a la grabación en nuestra web www.visc.es

El próximo fin de semana del 19-20 de Junio, el prestigioso Doctor y Psiquiatra alemán Wilfrid Von Boch-Galhau nos visitará en Valencia para conocer en profundidad la teoría que fundamenta la existencia de esta Asociación. Ya adjuntaremos resumen de esta entrevista.

El viernes 9 de Julio a las 20h. Araceli Santalla ofrecerá la charla "Celos patológicos y violencia de pareja" en las instalaciones que el Centro de Psicología Integral tiene en la C/ Salamanca, 66, de Valencia. Más información en www.visc.es o en www.psicologiaintegral.es

Por el momento seguimos atendiendo gratuitamente a afectados/as por este trastorno tanto por mail, como por teléfono o en persona, ofreciendo orientaciones para enfrentarlo del modo más compatible con su seguridad. Posiblemente pronto tendremos la demanda suficiente para crear el primer Grupo de Ayuda Mutua de VISC en Valencia. Ya os avisaremos cuando suceda.

II Congreso Internacional sobre SAP y Custodia Compartida

Al finales del mayo pasado tuvimos el placer de asistir a este interesante congreso donde se dieron cita más de 50 asistentes y 20 ponentes de todo el mundo para abordar el tema del SAP y la Custodia Compartida. Interesante resaltar que había una casual paridad entre los asistentes, siendo tantos hombres como mujeres y demostrando con ello, que este tema no es una preocupación masculina, por intereses "machistas" como sospechan maliciosamente las feministas antisociales. Es una preocupación de todas las personas susceptibles de sufrirlo, es decir, cualquier padre o madre sumido en un proceso de separación.

Allí escuchamos, pues, testimonios de padres y madres que habían sido apartados de sus hijos a la fuerza contemplando impotentes cómo, la confianza que antaño tenían con sus hijos, se iba transformando, sin mediar palabra por su parte, en un odio sin fundamento que sólo podía explicarse por la manipulación y coacción a los que habían sido sometidos por parte del padre/madre custodio.

En VISC compartimos la idea de que es necesario detectar y medir el daño que el padre/madre custodio puede hacer a los hijos mediante esta manipulación, de que se desarrollen programas terapéuticos para recuperar la libertad afectiva de los pequeños y que se penalice de algún modo al progenitor que use estos métodos para castigar al otro progenitor (y al niño a su vez) por frustraciones mal resueltas.

Entre los momentos más interesantes de este encuentro, resaltamos la impecable ponencia del psicólogo e investigador valenciano Julio Bronchal, injustamente perseguido por el feminismo antisocial dada la fuerza y profundidad de sus argumentos en pro de un trato justo y considerado con el equilibrio psicológico de los niños, un trato tan apartado de los intereses políticos, ideológicos y económicos que alientan estos movimientos radicales antisociales disfrazados de feminismo.

Especialmente emotivo fue también el testimonio de Carlos, que relató el calvario que vivió su hijo bajo la custodia de su madre, que aparte de desatender sus necesidades terapéuticas por su trastorno de personalidad, desgarró el sano vínculo que el chico tenía con su padre, generándole una tensión y una soledad que acabaron llevándolo a consumar el suicidio que ya intentó en varias ocasiones durante este proceso. Mencionar también el dramático caso de una madre, psicóloga de profesión, que hubo de sufrir el fallecimiento de su hija adolescente por "muerte súbita" y después, la culpa que sobre ella (por ser portadora del gen responsable) descargó su ex-marido quien, tras la separación, manipuló a los hijos para que no quisieran volver a verla.

Por otro lado, destacar la fortuna que tuvimos de conocer a la psicóloga Mª José Meseguer Medina, quien se interesó mucho en nuestro proyecto y se ha ofrecido a colaborar con nosotros desde Barcelona, en la medida de sus posibilidades, así cómo al Doctor y psiquiatra alemán, ponente del congreso, Wilfrid Von Boch-Galhau, quien se mostró profundamente impactado por la historia que motivó la fundación de la Asociación VISC y nos ha comunicado su interés en conocer más de nuestro proyecto. Hasta el punto que dentro de unos días visitará España de nuevo sólo para entrevistarse tranquilamente con nosotros y descubrir las circunstancias, detalles y propuestas de VISC para el fin de la violencia de pareja. Un privilegio para esta causa que confiamos resulte enriquecedor para el ya denso bagaje de este gran especialista.

Felicitar pues a los organizadores del Congreso, en especial a Juan Carlos y a Mª José, con quienes tuve el placer de compartir alguna charla y animaros a seguir en esta necesaria lucha, porque miles de niños de todo el mundo, en el futuro, os lo agradecerán.

Araceli Santalla.

lunes, 22 de marzo de 2010

Texto presentación en Valencia de "La estrategia del agua" de Lorenzo Silva, por Araceli Santalla

El 10 de marzo de 2010, en el museo L'Iber de soldaditos de plomo de Valencia, el escritor Lorenzo Silva celebró la presentación de su nuevo libro "La estrategia del agua". Acto para el que pidió a nuestra presidenta, Araceli Santalla, hacerse cargo de la presentación, propiamente dicha, dada la relación existente entre su libro "El machismo no es el problema", prologado por el mismo escitor, con esta nueva novela de los guardiaciviles Bevilacqua y Chamorro.

A continuación os adjuntamos el texto de la citada presentación para todos aquellos que no pudísteis asistir y que conocéis, de lejos o de cerca, la obra de tan prolífico autor:


"Buenas tardes, en primer lugar agradecer a Lorenzo Silva que pensara en mí para presentar “La estrategia del agua” en Valencia y después, gracias a todos compañeros del foro de Lorenzo Silva, amigos y lectores por haber venido a este acto.
Como dijo el sr. Director del Museo, me llamo Araceli Santalla y quisiera añadir alguna cosa para situarles respecto a mi relación con la nueva novela de Lorenzo.

A partir de una experiencia personal, empecé una investigación sobre la relación de los celos patológicos y la violencia de pareja cuyas conclusiones publiqué en mi libro “El machismo no es el problema”. Después de 10 años de trabajo autodidacta, de realizar varios cursos y asistir a varios congresos sobre este fenómeno, comprendí que disponía de una información muy útil para la lucha contra la violencia de pareja sin distinción de género, por lo que también doy charlas sobre ello. Por otro lado, en la Asociación “Vive Sin Celos”, ofrecemos recursos y orientación a celosos conflictivos y a sus parejas para que puedan enfrentar mejor este trastorno, especialmente, en su variante agresiva.

Todo esto, aunque no lo parezca, tiene relación con lo que hago hoy aquí. Verán, nos encontramos ante una novela que no va a dejar a nadie indiferente. Es decir, que levantará pasiones en sentidos opuestos que quizá obliguen a su autor a dar más explicaciones de las estrictamente literarias. Y es que, si bien los 6 libros que lleva escritos sobre esta pareja de guardiaciviles se sitúan en la España contemporánea, con sus virtudes y sus miserias, en esta ocasión va más allá, pues pone en la mesa de autopsias, no sólo el cadáver sobre el que gira la trama, sino a la mismísima justicia española actual, representada aquí en la nueva y polémica ley de violencia de género. Una ley necesaria, como admite el narrador, pero discutible en tanto que olvida la presunción de inocencia de un hombre ante la simple denuncia de una mujer, o que considera a la mujer menos imputable que un hombre ante un mismo delito, por el mero hecho de ser mujer. Un tema, como todos saben, muy debatido últimamente en los medios, pues a nadie le es ajeno que está rasgando de arriba abajo las relaciones entre hombres y mujeres en una batalla que no va a tener vencedores.

Esta proyección social tan comprometida, dota a “La estrategia del agua” de una emoción añadida a la que logra habitualmente el autor acercándonos a los pensamientos de este psicólogo llamado Rubén Bevilacqua que acabó de guardia civil, ahora ya brigada, y a su relación con la cada vez menos joven y más sabia Virginia Chamorro, su compañera, ascendida a sargento. Me consta que no soy la única lectora que se muerde las uñas por saber cómo se resuelve esa falsa indiferencia afectiva que ambos tratan de fingir y a la que el autor da otra vuelta de tuerca en esta novela.

Pero como les digo, lo que más me ha conmovido y lo que me une, especialmente a este libro, es su nueva dimensión social. Tanto, que le dije a Lorenzo que iba a convertirse en el libro de cabecera de muchas personas, hombres e hijos principalmente, pero también de mujeres cercanas a esos hombres, víctimas de la furia y los celos de una maltratadora.

Miren, hay algo que no les he dicho. Y es que, aparte de lo que al principio hemos contado sobre mí, también fui una mujer maltratada. Por un hombre, por supuesto. De eso hace 10 años, los 10 años que vengo investigando este fenómeno. Pero como pueden comprender, esa fue la experiencia que me condujo a donde estoy ahora. Fruto de aquello es el libro que he escrito, un libro que, cuando sólo era un boceto, llegó a las manos de Lorenzo quien, comprendiendo su potencial, decidió respaldarlo escribiendo el prólogo con que hoy está publicado.

Mi punto de vista, entonces, no es distante y por eso sabía que tenía mucho que aportar a la lucha contra esta lacra. Como mucho tienen que aportar todas las maltratadas cuya opinión nunca es tenida en cuenta a la hora de redactar las leyes con que pretenden protegerlas o los protocolos con que piensan recuperarlas. Sin embargo, quienes hemos sido víctimas, tenemos mucho que decir. Y una de las cosas más importantes es que éste es un problema sin género que requiere un tratamiento sin género, por respeto a todas las víctimas, sean mujeres, hombres, homosexuales o lesbianas. Pero también por acudir a la verdadera raíz del problema, que no es el machismo, sino una suma de anomalías psicológicas que funcionan como un trastorno de la personalidad.

Pensemos que si la víctima no tiene un perfil predeterminado y previsible, tampoco el agresor ha de tenerlo. En cierto modo, el trabajo que yo hice con mi ex pareja para descubrir los mecanismos profundos de su conducta, es el trabajo que Vila y Chamorro hacen para dar con el asesino de turno. Igual que ellos, también yo hube de despojarme de prejuicios, tópicos y esquemas preconcebidos. ¿El premio? Dar con el verdadero asesino, cosa que en ambos casos conseguimos y en ninguno de los dos era el que parecía.

La tesis que argumento en mi libro es que el machismo no es el problema, pero ahora no es el momento de explicarlo. El caso es que Lorenzo con esta novela ha desafiado a las voces que más gritan, para poner en evidencia, desde la reflexión, la objetividad y la calma propias de sus investigadores de homicidios, lo que el sentido común de cualquiera de nosotros asume con su aplastante lógica: que la capacidad de hacer daño no es monopolio de los hombres, que la mujer no es más bondadosa que el hombre por el mero hecho de ser mujer, que a menudo, el padre puede ser más apto que la madre para tener la custodia de los hijos y que admitir todo esto, no resta derechos ni libertades a la mujer, sino que más bien, la dignifica por sus propios méritos. Yo, como víctima, no quiero que se me trate de un modo especial por ser mujer, pues no es mi condición de mujer la que me ha convertido en víctima. Del mismo modo, el agresor no ha de ser más castigado por ser hombre, sino por ser agresor. De otro modo, ¿qué clase de igualdad estamos enseñando a nuestros hijos? Pues quien defiende otra cosa creyendo que hace un favor a las mujeres, se equivoca.

Afortunadamente, cada vez hay más voces del lado de la lógica antes que de intereses económicos y políticos. Si bien, tampoco esto es suficiente para salvar la vida de muchos amenazados por la violencia de sus parejas. Como comprobarán cuando lean esta novela, todavía hace falta mucha estrategia y mucho agua.

Pero es un lujo contar en España con escritores como Lorenzo, que no sólo escriben bien, emocionan y entretienen, sino que además se mojan por la verdad y encima, lo hacen con recursos poéticos, filosóficos e incluso, musicales, logrando un efecto catártico y resucitador.

Les invito, pues, a experimentarlo leyendo este libro. Pero ahora les dejo con Lorenzo Silva, pues escucharle a él ya es toda una experiencia."