sábado, 26 de junio de 2010

NOTA DE PRENSA 1 - Asociación VISC

Os adjuntamos esta Nota de Prensa que, esperamos, sea la primera de muchas otras, para que se sepa de nosotros, principalmente, por aquellas personas que, desde cualquier parte del mundo, buscan una orientación que quizá, les aparte de una muerte segura, les recuerde que no están solos y les informe de que trabajamos por un desenlace seguro y moderadamente feliz para cada historia de amor.

VISC, primera asociación contra la violencia de pareja por celos patológicos sin distinción de género.

Hace tan solo año y medio que nació la Asociación Vive Sin Celos (VISC) en Valencia, España. Una organización no gubernamental sin ánimo de lucro creada para combatir la violencia de pareja (como prefieren llamarla, en lugar de violencia de género) desde una nueva perspectiva: los celos patológicos agresivos. Un trastorno para el que, como reconocen especialistas de la talla de Enrique Echeburúa en su libro “Celos patológicos, una emoción destructiva” no existe una investigación controlada dirigida a su tratamiento. Pero como alerta su fundadora y presidenta, Araceli Santalla, tampoco hay especialista que garantice una cura total, ni siquiera una mejora significativa en la mayoría de casos patológicos agresivos. “Y por eso, entre otras cosas, era necesaria una Asociación”, insiste. Porque no sólo están abandonados a su suerte los afectados por este trastorno, sino también sus parejas, que asisten desconcertadas a los vaivenes de una personalidad tan sensible y atractiva por una parte, como destructiva y violenta por otra.

El hecho de enfrentarse a uno de los posibles orígenes de la personalidad maltratadora y atender a muchos de sus afectados, no intimida a la fundadora de VISC, una ex mujer maltratada que escapó a salvo de su agresor gracias a la información que obtuvo del trabajo de campo que realizó en convivencia con él. “Conocer el problema – admite – es la primera herramienta para sobrevivir a él”. Su ex pareja estuvo con varias mujeres antes de conocerla a ella y a todas las maltrató psíquica y físicamente. Ella aprendió, al menos, a evitar las agresiones físicas. Sin embargo, los delirios celotípicos y el maltrato psicológico no cedían. Esto, no obstante, no menguó su lado atractivo y carismático, tampoco para ella, que valoró, además, la consciencia de problema propio de que disfrutaba este hombre y su voluntad titánica y vana por cambiar. “¿Por qué siendo consciente de su problema, deseando cambiar y asistiendo a un psicólogo y a un psiquiatra, este hombre no consigue mejorar?”, se preguntaba. Nadie le dio una respuesta, así que decidió buscarla por sí misma ejerciendo de investigadora autodidacta en la misma boca del lobo. Una decisión muy comprometida que, advierte, no recomienda a nadie.

“Fueron 10 meses entre el cielo y el infierno. Los 10 meses más brutales y aleccionadores de mi vida – reconoce -. Mi ingenuidad fue creer que con mi amor y mi paciencia podría cambiarle”, admite recordando una de las enseñanzas que transmite a las personas maltratadas que acuden a VISC buscando respuestas para enfrentar situaciones parecidas: “El amor no puede cambiarles y las crisis siempre vuelven”. “La gente – continúa Santalla - está muy desorientada a la hora de tratar con un celoso patológico agresivo”. Por eso en VISC han redactado un “Manual de orientación para víctimas de violencia en su relación de pareja” que ofrecen en papel y en PDF a través de su web www.visc.es . En esta página el internauta puede acceder, además, al libro que recoge la investigación, conclusiones y propuestas que Araceli Santalla hace, fruto de su experiencia personal y trato durante 10 años con otros afectados, para el fin de la violencia de pareja. Un libro cuyo título no deja a nadie indiferente: “El machismo no es el problema”, prologado por el escritor y premio Nadal Lorenzo Silva y sobre el que su autora ofrece charlas en diversos ámbitos, desde Ayuntamientos y Asociaciones hasta Congresos Nacionales e Internacionales, haciendo hincapié en su contundente potencial para reforzar la lucha contra esta lacra. De hecho, su proyecto abarca 3 dimensiones: investigadora, social-asistencial y formativa, ofreciendo, por otro lado, una ventaja triple: detección precoz, prevención y rehabilitación.

Pero otra de las peculiaridades de esta Asociación es que no vincula el papel del agresor a los hombres y el de víctimas a las mujeres. Cualquiera puede ser víctima y agresor por celos. De hecho, VISC recibe consultas de mujeres que reconocen maltratar por celos a sus maridos y de hombres que admiten encontrarse totalmente hundidos por los castigos celosos de sus mujeres. Sin embargo, sigue siendo más habitual la llamada de mujeres maltratadas. “Y para todos ellos hay recomendaciones que les permiten tomar las decisiones más compatibles con su felicidad y su seguridad”, informa su presidenta.

En definitiva, nos encontramos ante la primera Asociación en el mundo creada por una ex maltratada y dedicada, mediante voluntarios respaldados por psicólogos, a minimizar los destructivos efectos que los celos patológicos tienen en las relaciones de pareja, contribuyendo, quizá, a que las muertes que lamentamos cada año por este terrible fenómeno, sean algunas menos.

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